Una de las razones por las que las tradiciones de fin de año permanecen, es porque muchas familias en todo el mundo saben que, aunque en el fondo no sean sino supersticiones, son una manera de mantener la relación con el pasado, un ligamen que fortalece los lazos entre las diversas generaciones del grupo familiar y son divertidas. Sirven como un juego para lograr la integración de la tribu y como rompehielos de la última velada del año.